En este interesante proyecto nos encontramos con dos elementos muy potentes sobre los que estructurar la intervención: un antiguo secadero de mampostería y un precioso roble de gran entidad. El corral o secadero, en estado de ruina, fue parcialmente demolido, quedándonos solo con los muros perimetrales de mampostería, los cuales marcaron la huella de la intervención. Esta rehabilitación y ampliación abre su fachada principal hacia el sur, de forma controlada al situarnos en Extremadura, conformándose de esta forma dos porches longitudinales protegidos solarmente mediante estructura volada de vigas de madera, dejando al antiguo roble de protagonista indiscutible de la intervención.